Ya está. Es el día. En unas horas tomaré champagne en Pont des Arts con Clara. Como tantas veces hemos hablado, después de soltar las maletas, iremos ya de noche a encontrarnos con nuestra libertad afrancesada. Muchos meses pensando en ello, muchos preparativos, como siempre, hasta el último momento. Y París ya está conmigo.
Está de sobra que diga todo lo que voy a echar de menos. Es mucho. Son muchas personas y todas, saben quienes son. Siempre he dicho –hemos--, que no me da ningún miedo lo que pase allí. Estoy dispuesto a todo. Lo que no me gusta es perder el control de lo de aquí. Es un paquete enorme, que se mueve, tiene vida y cambia. No cabría ni en el avión más grande del mundo, no me lo puedo llevar. Ojalá. Y tengo pánico de no encontrarme con el mismo. De que no me reconozca a mí.
Pero fue decisión mía. “¡Que me voy! ¿En?, ¡Que me voy!”. La frase que desde hace unos siete meses, medio en serio medio en broma, digo cuando ‘me enfado’. Lo bueno es que me voy contento de no dejar ningún cabo suelto, no voy a poder decir, finalmente, que me arrepiento de no haber hecho tal cosa. A pesar de que mi última semana ha sido totalmente imprevista. Cuando menos te lo esperas, la vida te guarda sorpresas estupendas. Y si encima tienen los labios tan bonitos, mejor que mejor.
En el anterior post coceptualicé un poco a Mi París, y dije que quizá es un error. No debería llenarlo de tantas cosas. No quiero tener que decepcionarme. No tengo que crearme falsas expectativas. Pero es inevitable que espere mucho de este viaje. Igual, después, no es para tanto, pero llevo mucho tiempo esperando este momento. Y ha llegado ya. Me voy.
Hasta pronto
Todos los que formamos parte del paquete sevillano, por mucho que evolucionemos y cambiemos en este año, estaremos deseando que vuelvas para continuar siendo ese paquete, que aunque parezca distinto en su arquetipo es el mismo, es el que dejas aquí hoy y el que retomarás cuando llegues.
ResponderEliminarY solo esperemos que también sea una etapa llena de cambios, de aprendizaje y novedades, que encuentres lo que buscas, aunque no seas lo que esperas, y que, cuando vengas, lo compartas con nosotros.
Suerte.
"Tu" París ya es tuya.
Seguro que tu París será precioso. Suerte y cuéntalo todo. Un beso. Hasta pronto.
ResponderEliminarAhora sí que sí. Momento mítico, de esos que se cuentan a los nietos (que por cierto serán comunes ya que como bien sabes eres el padre de mis hijos). Qué alegría leerte y ser parte de lo que cuentas, también ver esa otra cara que sólo sale a través de la escritura, saber cómo estás viviendo esto que vives delante de mí.
ResponderEliminarMe gusta lo que dice Pablo: "que encuentres lo que buscas, aunque no sea lo que esperas". Es exactamente eso.
París está preparando algo para nosotros, y sólo puede ser bueno.